Según los expertos, el cabello teñido reacciona de manera diferente al calor de lo que lo hace el cabello no teñido. De hecho, a temperaturas superiores a 180º, se observan daños significativos y se ha comprobado que el color tiende a perderse más rápido cuando se utilizan herramientas de calor. La razón es, simplemente, que los pigmentos de color que añadimos al cabello no han sido diseñados para soportar estas temperaturas tan altas.
Los expertos aconsejan cuidar y proteger el cabello utilizando el secador y las planchas a la temperatura adecuada. Por ello, aconsejan usar herramientas de temperatura variable y adaptable en función del grosor y características del cabello.
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