sábado, 4 de septiembre de 2010

Tocados: Blanco & Belmonte

Un enfoque diferente

Por Marga Sánchez
Artículo cedido por Tocado

Llevábamos algún tiempo siguiéndoles la pista y, con la temporada de novias a la vuelta de la esquina, hemos querido aproximarnos a estos artesanos de los tocados, peluqueros y maquilladores que saben escaparse de convencionalismos para crear estilos y complementos fuera de lo común.

Con el arte y el diseño como compañeros de viaje, Manuel Gómez y Antonio Belmonte llevan ya algunos años sacudiendo las estereotipadas bodas y ceremonias con su particular visión de la moda. Pocos diseñadores de tocados, tienen, también, un pasado como peluqueros, maquilladores o directores artísticos. Unas credenciales profesionales que son las artífices de sus creaciones, las mismas que les han servido para trabajar con Carla Bruni, Pat Cleveland y ser peluqueros y maquilladores oficiales de obras teatrales como El Hombre de la Mancha o My Fair Lady.


Disociar su trabajo del universo artístico es prácticamente imposible. “No entendemos nuestros trabajo sin estas referencias. Gracias al arte, el resultado posee otra lectura y concepto”. Así, no es de extrañar que en sus tocados encontremos referencias a corrientes pictóricas como el impresionismo, el constructivismo o la abstracción, unas influencias latentes que, sin embargo, no alteran el equilibrio y la armonía que de ellos se respira.

Para Blanco & Belmonte, saber conjugar forma y color en su justa medida es la clave del estilo que conduce al éxito: “experimentamos con las densidades opacas, translúcidas o iridiscentes, consiguiendo así un juego de luces y sombras”. Un laboratorio de ideas que no funciona sin la “X” que completa esta ecuación: el cabello. Esta pareja de creadores prueba siempre sus tocados en diferentes cabellos y peinados y no duda en afirma que un simple cambio en su ubicación, puede transformar por completo el estilo. “Para nosotros, un tocado es ese toque subliminal que ejerce de colofón al look elegido, refleja la personalidad de la mujer y enfatiza su belleza”

>> Blanco & Belmonte, además de tocados, están especializados en asesoría de imagen

La persecución de esa singularidad de la que hacen gala es la que les ha llevado a trabajar con múltiples materiales y a buscar la perfecta fusión entre ellos. “Buscamos formas con alambres encerados, hilados, pulverizados de cristal o resinas coloreadas. También hemos incorporado el patchwork, el acetato pintado a mano y modelado, o la resina epoxi, con la que hemos conseguido encapsular otros materiales y crear realmente formas bellísimas”. Una profusión de materiales que, por otra parte, se ha convertido en la culpable de que tanto Antonio como Manuel viajen siempre con exceso de equipaje en sus desplazamientos para la realización de producciones de moda, desfiles y obras teatrales.

¡Viva la mezcla!

Como una miscelánea creativa entre propuestas. De esta forma entienden desde la firma las tendencias que, en palabras de Antonio Belmonte, responden a la capacidad de la mujer de “desarrollar su personalidad eligiendo lo que más le apetece”. Si bien la extensión del prêt a porter y el auge de la mujer trabajadora provocaron un progresivo abandono del uso del tocado y el ornamento en la última mitad del siglo XX, en la actualidad, el adorno para el cabello ha vuelto a escalar posiciones.


“Gracias a las propuestas de diseñadores como John Galliano o Christian Lacroix, se sublima la teatralidad femenina y se vuelve a vincular el tocado con el glamour y la sofisticación”, sentencian desde Blanco & Belmonte. Una aplaudida vuelta a la que también han contribuido el retorno de las femme fatale de los años 40 y 50 y la imagen de una mujer enigmática encarnada en mitos como Mata Hari o Madame Butterfly.

Un antídoto a la realidad

El uso de tocados en la creación de peinados y recogidos no deja de responder a una actitud vital en la que se encuentran el deseo de la mujer por ser diferente y el del diseñador por recrear un mundo donde la fantasía toma la calle. “Hemos vivido momentos históricos donde grandes diseñadores quitaban, literalmente, la respiración. Recuerdo los alta costura de Armani, una colección de Versace inspirada íntegramente en Gaughin y a las grandes divas de la moda como Iman o Pat Cleveland, capaces todas ellas de extasiarnos con su maestría y ejercicio de seducción”.


Así sintetizan en Blanco & Belmonte su querencia por un mundo que les ha ido alejando progresivamente del trabajo en el salón, a favor de una trayectoria en la que priman las características del proyecto: “Seguimos creciendo y entusiasmándonos con cualquier proyecto que consideremos interesante. Somos de los que creen que si un trabajo se hace con ilusión, acaba convirtiéndose en algo sublime”. Una mirada entusiasta de su profesión que nos permite imaginárnoslos en su taller de Sevilla entre telas y piezas de pedrería, a la espera de una inspiración que, en su caso, nunca tarda en llegar.

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